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Los diez mandamientos | Comentario Biblico - Deuteronomio capitulo 5

¡Hola! Soy Damián Méndez y estás en el canal de Leamos la Biblia. Estamos comentando el libro de Deuteronomio por capítulo y hoy nos corresponde el capítulo 5. Si no has escuchado el comentario a los capítulos anteriores, en la descripción de este video te dejaré el enlace a la lista de reproducción, puedes escucharla mientras conduces, trabajabas o hace cualquier otra actividad.

En este comentario estudiaremos los diez mandamientos de Jehová y la posición que tuvo el pueblo en el Monte Horeb cuando Dios hablaba con ellos. Los Diez Mandamientos también lo podemos encontrar en Ex. 20.1-17.

Versículos 1-5

Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos. Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte.

Una vez más, vemos cómo Moisés llama al pueblo a oír los estatutos y decretos que pronunciaba a oídos de ellos, para que no olviden cuál era la voluntad de Dios, a fin de que lo pusieran en práctica. Moisés hace mención del pacto de Dios con ellos en el Sinaí, cuando Dios les hablaba directamente, mientras todo el monte humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera (Exo. 19:18).

Desde siempre Dios ha llamado a su pueblo a escuchar y obedecer. He oído en este tiempo a personas creyentes expresar asombro diciendo: “qué corazón tan duro tenía el pueblo de Israel, que Dios hacia tantos milagros ante sus ojos y ellos volvían a fallarle.” Déjeme decirle amado oyente que, al día de hoy, el corazón de muchos que dicen ser cristianos está más endurecido que en aquel tiempo. Todavía hoy el Señor sigue llamando a su pueblo a que escuche sus palabras y la obedezcan, sin embargo, nos hemos convertido en oidores olvidadizos a tal punto que, al salir de nuestras reuniones de culto, no recordamos de qué se trató el mensaje impartido. Nuestras mentes están tan cargadas de preocupaciones y distracciones que con mucha facilidad podemos perder la atención cuando nos hablan; aunque nuestros cuerpos estén prensentes frente al predicador, muchas veces nuestros pensamientos nos sacan de allí y no nos dejan oír el mensaje del Señor. Nos distraemos con mucha facilidad.

Versículos 6-11

Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

Estos mandamientos del versículo 6 al 11, tratan de la relación del hombre con Dios. Al igual que en el capítulo anterior, Dios continúa advirtiendo al pueblo contra el pecado de idolatría; y es que Dios no desea el mal para su pueblo, pero si este se aparta de Jehová para ir tras otros dioses, el castigo será sobre ellos.

El hombre o la mujer que era hallado culpable del pecado de idolatría, era apedreado por el pueblo hasta morir (Deuteronomio 13:6-11; 17:2-5). El pecado de idolatría quita del corazón del hombre el lugar que le corresponde a Dios. Todo aquello que ocupa el primer lugar en nuestras vidas que no sea Dios, puede convertirse en un ídolo; sea algo material o inmaterial.

Quiero hacerle las siguientes preguntas: ¿Cuánto tiempo tiene usted que no se postra de rodillas para orar el Señor? ¿Cuánto tiempo hace que no saca un momento especial y exclusivo para escudriñar las Escrituras, alejándose de toda distracción? ¿Cuándo fue la última vez que ayunó por algún propósito que fortaleciera su vida espiritual?

¿Se da cuenta amado oyente, que hay cosas alrededor de usted que le están quitando de su vida el lugar que le corresponde a Dios? No basta solo con ir a la iglesia y sentarse a escuchar una hermosa adoración o un buen mensaje por parte del predicador. Ser cristiano es algo más que eso. El problema del pecado de idolatría es que ponemos nuestra confianza y esperanza de bienestar en cosas que están fuera de Dios. Para el mundo, tener fama, dinero y poder es sinónimo de éxito, y muchos que poseen estos, creen no necesitar a Dios. Una gran equivocación, porque cuando viene la prueba y los tiempos malos, ni el dinero, ni la fama, ni el poder, pueden devolver la paz, la tranquilidad o la salud necesaria.

Versículos 12-15

Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo. Dios le dio el día sábado al pueblo de Israel como una señal entre Dios y ellos. Manda que lo observen y lo guarden, para que nunca olviden de dónde fueron sacados. Éxodo 31:13 dice: “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.” 

En el versículo 14 expresa que quien profanare el día sábado, sería cortado de su pueblo. El shabat para los judíos no se refiere a cualquier descanso, no es como detenerse después de hacer ejercicios para que el cuerpo recobre energía. Es un descanso más profundo, es cesar de toda preocupación, de todo afán, de toda ansiedad y de todo lo que puede atormentar la mente. Es un descanso en el alma.

Versículo 16

Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

La honra a los padres es un mandamiento que trae bendición sobre los hijos. Esto significa que debemos amarlos, respetarlos, cuidar de ellos y no causarles dolor ni ninguna preocupación. Fíjese bien que este mandamiento no dice que lo honremos si han sido buenos con nosotros.

Independientemente de cómo sean sus padres o de cómo hayan sido con usted, por ser sus padres merecen respeto y cuidado. Hoy en día estamos viendo a una generación que le ha perdido el respeto y el valor a sus padres. Vemos como hijos se levantan contra los padres y hasta les quitan la vida. Eso es algo atroz, y la Biblia nos habla acerca de eso: los hijos se levantarán contra los padres. Es algo que ya lo estamos viviendo a diario. Honrarlos trae bendición, deshonrarlos trae maldición.

Versículos 17-21

No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No dirás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

Podemos notar algo muy interesante en estos últimos cinco mandamientos, y es que ninguno de ellos menciona a Dios. Estas últimas acciones muestran la verdadera injusticia del hombre. Quitar la vida a una persona no está permitido y es un hecho condenado por todas las leyes.

El adulterio guarda relación con el primer mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” La persona que es infiel a su pareja, también le será infiel a Dios. Un acto de infidelidad muestra que su corazón esta distante de ese ser al que juró lealtad y le causa dolor, angustia y sufrimiento. Dios llama mucho la atención a su pueblo para que no se vayan tras otros dioses porque esto es un acto de infidelidad. Así que Dios rechaza todo acto de infidelidad y por eso no adulterar es un mandamiento tan importante.

Decir falso testimonio puede llevar a que un inocente pague por un delito que no cometió y esto es un acto de injusticia. Nuestro Dios es un Dios justo y verdadero y no se complace en la maldad, por lo tanto, Dios rechaza toda injusticia e impiedad. Codiciar las pertenencias del prójimo, puede llevar a la persona a cometer un delito grave y causar mucho daño; aunque de hecho se hace daño a sí mismo. Desear lo que le pertenece a otro es envidia y esto es una enfermedad mental que requiere atención especial.

El terror del pueblo, también lo encontramos en Ex. 20.18-26.

Los versículos 22 al 33 narran el terror que tuvo el pueblo el día que Jehová hablaba a la congregación de en medio del monte. El monte ardía en fuego y el pueblo tuvo gran temor al oír el estruendo de la voz de Dios. Les pidieron a Moisés que hablara él con Dios y luego les hiciera saber a ellos, porque tuvieron miedo de morir.

Dios desea que escuchemos su palabra, pero sobre todo, que seamos obedientes a sus mandamientos, para que vivamos y nos vaya bien, y tengamos largos días sobre la tierra.

Si te ha gustado este capítulo y tienes algo que aportar, te pido que dejes tu comentario acerca de lo que hemos hablado.

Espero tu like y que me sigas, si todavía no lo has hecho. Nuestro próximo capítulo será de mucha bendición, así que te pido que no te lo pierdas. Dios te bendiga.

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