Bienvenido, bienvenida a nuestro Devocional número 16. Hoy vamos a reflexionar en las maravillosas palabras del Salmo capítulo 3 versículo 5. Este salmo nos dice: "Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba". Esta frase nos habla de la confianza que podemos tener en Dios para proveer todo lo que necesitamos, incluso en los momentos más difíciles.
En la vida, a menudo nos encontramos con situaciones que nos hacen sentir desesperados y sin esperanza. Podemos enfrentar enfermedades, problemas financieros, relaciones rotas o simplemente sentimientos de soledad y aislamiento. En esos momentos, puede ser difícil creer que Dios está a nuestro lado y que nos está sosteniendo.
Sin embargo, el Salmo 3:5 nos recuerda que Dios es nuestro sustento constante. Él está con nosotros en cada momento del día y de la noche, incluso mientras dormimos. No importa lo que estemos pasando, Él siempre está presente y listo para ayudarnos.
Al confiar en Dios para nuestro sustento, podemos descansar en Su amor y en Su cuidado por nosotros. Podemos dejar de preocuparnos por el futuro y por cómo vamos a sobrevivir, sabiendo que Dios ya ha provisto todo lo que necesitamos.
Pero confiar en Dios no significa que no hagamos nada. Dios nos ha dado dones y habilidades que podemos usar para trabajar y proveer para nosotros mismos y nuestras familias. Pero en última instancia, sabemos que nuestro sustento viene de Dios y que Él siempre nos cuidará.
En resumen, el Salmo 3:5 es un recordatorio de la fidelidad de Dios en nuestras vidas. Al confiar en Él para nuestro sustento, podemos tener la seguridad de que nunca nos abandonará y siempre nos proporcionará todo lo que necesitamos.


0 Comentarios