¡Hola! Soy Damián Méndez y estás en el canal de Leamos la Biblia.
Estamos comentando el libro de Deuteronomio y hoy nos toca comentar el capítulo número 3. En este capítulo veremos cómo Dios llama a Israel a no tener miedo (Vs. 2), también alienta a Josué a no tener miedo y le recuerda las victorias sobre dos reyes (Vs. 21), también veremos que a Moisés no se le permite entrar a la tierra prometida.
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Deuteronomio capítulo 3:1-3 dice:
“Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei. 2 Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón. 3 Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos.”
El rey Og de Basán no era cualquier rey. Era un rey que podía infundir temor en el pueblo de Israel y probablemente debilitar su fe, debido a que pertenecía a la raza de los gigantes, e Israel en el pasado había tenido experiencia con los gigantes. Además, este rey poseía fuertes ciudades amuralladas, lo que da indicio de que eran un pueblo numeroso, fuertes y confiados. No se intimidaron ante el pueblo de Israel y salió el rey con todo su ejército.
Las palabras de Jehová en el versículo 2: “No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón.”
Estas palabras sirvieron de aliento para el pueblo de Israel y denota la posibilidad de que ellos tuvieran miedo ante el gigante Og.
Amado hermano, Dios siempre nos aliente a no temer cuando nos enfrentamos en el camino de la vida ante gigantes que parecen venir contra nosotros para acabarnos. Delante de nosotros parecen fuertes e invencibles y si nuestra fe se debilita, el miedo puede apoderarse de nosotros y no poder lograr la victoria sobre ellos. Pero Dios siempre nos dice: “No temas”, porque el temor nos paraliza, nos detiene, nos frustra, nos ciega y no nos deja ver el camino de la victoria que ya Dios tiene trazado delante de nosotros. Todos los días tenemos que enfrentarnos a gigantes espirituales que nos quieren detener, que nos quieren derrotar y que quieren apoderarse de las bendiciones que ya Dios nos ha dado. Por eso te pido ahora que identifiques a ese gigante que se ha levantado contra ti, contra tu familia, contra tus finanzas y contra todo lo que Dios ha puesto en tu mano, y tomes la palabra que Dios da a su pueblo ahora en el versículo 2: “No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo.” Declare la victoria sobre su vida ahora, porque Dios está con usted.
Israel derrotó al rey Og y a todo su ejército y se apoderó de sus ciudades y de todos sus bienes; venció el temor y logó la victoria.
Los versículos 12 al 20 narran la repartición de tierras; pero en el versículo 21 volvemos a encontrarnos con unas palabras de aliento, esta vez iban dirigidas a Josué hijo Nun, pero ahora eran palabras que marcaban las victorias futuras del hombre que Dios había elegido para guiar al pueblo de Israel hacia la tierra prometida. De esta manera Dios se muestra no como un Dios de victorias presentes, sino también como el Dios que garantiza las victorias futuras.
Amado hermano, es que nuestro Dios es tan maravilloso que se coloca delante de nosotros porque sabe que enfrentaremos dificultades en nuestros caminos. Él sabe que en algún momento de nuestras vidas podremos sentimos tristes y debilitados, que lucharemos contra dificultades que nos roban la paz y la tranquilidad, pero Dios se pone delante para garantizarnos la victoria. Por eso no debemos dejarnos amedrentar de las pruebas que nos sobrevienen, porque él no pone cargas sobre nosotros que no podamos llevar. Si hoy estás enfrentando un tiempo difícil en tu vida, no temas, Dios te dará la salida a esa situación. De ante manos ya Él sabía que ibas a pasar por esa situación y puedo garantizarte, que no se ha salido de su control.
En los versículos 23 al 29 encontramos la oración insistente de Moisés pidiendo a Dios que le permitirá ver aquella tierra buena que está más allá del Jordán. Pero Moisés confiesa que el Señor está enojado contra él por causa del pueblo y no le escuchaba. Pero luego Jehová le dijo: “Basta, no me hables más de este asunto”, y le permitió ver la tierra de lejos pero no entrar a ella. Y una vez más el Señor le dice que Moisés que anime y fortalezca a Josué porque él sería quien guiaría al pueblo a la tierra prometida.
Hemos llegado al final de este capítulo y si sientes que Dios te ha dado una palabra de bendición, te pido que me dejes un comentario, dale like al video y compártelo. No te pierdas el comentario al próximo capítulo porque sé que vienen más bendiciones para tu vida.
¡Dios te bendiga!


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