Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. Juan 1:7Este texto habla de Juan el Bautista, quien vino delante de Jesús a predicar a todos, no a algunos, sino a todos, para que todos crean en Jesús por su predicación; pues él anunciaba la llegada del Mesías.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12
Otra vez nos dice el mismo capítulo que el llamado es para todos. Para que todos sean salvos, para todos crean, para que todos le reciban.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16
"De tal manera amó Dios al mundo". Si Cristo hubiera muerto solo por los "escogidos", aquí debería decir "de tal manera amó Dios a los suyos o a los escogidos", pero como leemos "amó al mundo", a toda la humanidad, y por toda la humanidad, entregó Dios a Su Hijo unigénito, dando así la oportunidad para todos crean y puedan tener vida eterna.
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 1 Juan 2:2
Está sumamente claro en este versículo que Cristo no murió por algunos (o solo por los escogidos como cree el calvinismo), sino que murió por los pecados de todo el mundo, y por esta razón, todo el mundo tiene la oportunidad de creer y aceptar. Auque sabemos que no todos aceptarán, pero el llamado sí es para todos, pues ninguno tendremos excusa delante del Señor.
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan arrepentimiento. 2 Pedro 3:9
Las palabras "ninguno" y "todos" en este versículo, se refiere a toda la humanidad, no se refiera a los escogidos o algunos. Está claro que Dios ama a toda la humanidad, pero el hombre debe decidir si recibe, si acepta al Señor o no. Algunos se atreverían a decir que si Dios ama todos debería salvar a todos. Dios ama a todos, pero todos tenemos la libertad de decidir si aceptamos Su salvación o no.

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